No a la guerra

Nos toca volver a decir ‘No a la guerra’. La actual agresión militar del gobierno ruso contra la población ucraniana, fruto de la tensión acumulada desde hace ocho años, impacta en la vida de decenas de millones de personas y empuja al conjunto de la humanidad hacia el desastre. Ante esta agresión, las entidades, movimientos sociales, partidos y sindicatos que impulsamos este manifiesto somos aquí, antes que nada, para rechazar esta agresión y para mostrar nuestra solidaridad hacia todas las víctimas de esta guerra y sumarnos, así, al grito de decenas de capitales europeas.

Nuestra solidaridad es con la ciudadanía de Ucrania y con las víctimas de esta y de todas las otras guerras activas por todas partes. Es con las personas que han tenido que abandonar casa suya y a sus seres queridos y buscar refugio en otros países. Según el ACNUR, hasta cinco millones de personas pueden verse obligadas a marcharse de su casa. Por ellas y por tantas otras en busca de refugio en todo el mundo, sin distinción de origen, defenderemos su protección y seguridad: casa nuestra, es casa vuestra! Nuestro apoyo también es para todas las personas valientes que se manifiestan en las calles de Moscú y en otras ciudades de Rusia para protestar contra las acciones de su gobierno, a pesar de la represión. Ya son miles de personas detenidas en pocos días.

Pero más allá de las muestras de solidaridad y las declaraciones de condena, hay que pasar a la acción para parar la violencia. Estamos ante la peor crisis ecosocial de la historia, y las guerras agravian esta situación porque generan destrucción y más contaminación, hechos incompatibles con la vida. Necesitamos que nuestros gobiernos actúen para parar la escalada belicista antes de caer en una guerra de proporciones devastadoras. Durante mucho de tiempo, hemos pedido que se trabajara para la paz, el desarme, el fin del comercio de armas y la prevención de una escalada bélica ante las tensiones generadas al este de Ucrania. Pero hoy, que el conflicto se ha intensificado, basura un llamamiento a:

  1. Que los gobiernos de la Unión Europea, incluyendo el Estado español, y el conjunto de la comunidad internacional dediquen todos los esfuerzos a su alcance para conseguir –por la vía de la negociación, solidaridad económica y propuestas pacificadoras – un cese integral de las hostilidades y la retirada de todas las tropas de Ucrania.
  2. Que la comunidad internacional proporcione y garantice el acceso a la asistencia humanitaria y la protección internacional en la población de Ucrania, incluyendo la población desplazada y refugiada por el conflicto. La Unión Europea tiene que activar vías legales y seguras de manera inmediata, y el gobierno español tiene que poner los mecanismos para hacer una acogida real digna asegurando que se respeten el derechos de las mujeres y la infancia. Los gobiernos de la Generalitat y Ayuntamientos tienen que tener un rol de liderazgo en esta acogida.
  3. Que la comunidad internacional invierta todos los esfuerzos necesarios para iniciar un proceso real de diálogo que garantice el pleno cumplimiento del derecho internacional. Hace falta que la UE y las Naciones Unidas impulsen iniciativas de construcción de paz que acojan a todos los actores, incluida la sociedad civil de los países implicados y, especialmente, a las mujeres, para que puedan ofrecer soluciones innovadoras y pacíficas que trabajen para una solución negociada. Todo esto pasa para evitar un aumento de los presupuestos militares porque nos llevaría a una escalada bélica devastadora. No hay solución militar posible: hay que rechazar el modelo de seguridad hegemónico militar mundial, y del OTAN en particular, abordar las causas estructurales de la guerra y evitar tomar medidas que aumenten el sufrimiento y las tensiones del conflicto.

No hay camino hacia la Paz. La Paz es el camino.